1881-1890, Libro, Siglo XIX (1801-1900)

1890. L’Avenir de la métallurgie du fer au Chili [Parte 2]

Vattier, Ch. (1890). L'avenir de la métallurgie du fer au Chili. Paris: Légation du Chili.

Titulo en español: El futuro de la metalurgia del hierro en Chile.
Última edición: 22/12/24.

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[P. 009-013]

Talleres de Construcción. — En todo Chile existen numerosos talleres dedicados a la construcción y reparación de máquinas, aparatos y herramientas utilizadas en minas y fábricas. Los más destacados se encuentran en Valparaíso, Santiago, Caldera, Carrizal y Lota.

Cerca de Valparaíso, en Miramar, los enormes talleres de Lever Murphy han construido recientemente poderosas locomotoras para el servicio de los ferrocarriles del Estado.

En Caldera, se fabrican con gran perfección ciertos equipos de molienda (trapiches) y amalgamación.

En Carrizal, se construyen ventiladores Rooth, bombas y otros equipos, compitiendo con los aparatos importados de Europa y Estados Unidos.

Finalmente, en Santiago, en la actual Escuela de Artes y Oficios, los estudiantes, bajo la dirección del hábil ingeniero francés señor Chardayre y la supervisión de capataces, elaboran las piezas y máquinas destinadas a la nueva escuela que se encuentra en construcción.

Minas y Fábricas. — Además de las grandes instalaciones para la explotación minera con los métodos de extracción y desagüe más avanzados, y de las fundiciones de cobre (una de las cuales, la de Lota, ha llegado a producir hasta 12,000 toneladas de cobre al año), de oro y de plata, en Chile existen importantes instalaciones industriales.

La industria molinera ocupa uno de los primeros lugares entre estas actividades, y próximamente, un gran concurso internacional permitirá otorgarle un mayor impulso.

Grandes fábricas de cerveza y hielo, como las de Andwater en Valdivia, Gubler y Cousiño en Santiago, entre otras, con los últimos avances técnicos, abastecen la demanda interna, haciendo casi innecesaria la importación de cervezas europeas.

Se encuentran además varias fábricas y refinerías de azúcar y alcohol (Viña del Mar, Linderos, Parral, entre otras), fábricas de telas, sacos, papel, productos químicos, numerosas curtiembres, hornos de cal y de ladrillos, y prácticamente todas las ramas de la industria vinculadas a la producción del suelo o al consumo local.

Mano de Obra1. — El trabajador chileno (conocido como “peón”) se caracteriza por su notable inteligencia y fuerza. Su aprendizaje es rápido y, en muchos trabajos, puede competir con los mejores obreros europeos. Es recomendable emplearlo bajo el sistema de trabajo por tarea, ya que de esta forma se obtiene un rendimiento excepcional. Se ha visto a cargadores de hornos trabajar de forma ininterrumpida durante veinticuatro o incluso treinta y seis horas seguidas.

Lamentablemente, las pérdidas humanas ocasionadas por las guerras recientes y los estragos de la epidemia de cólera han diezmado la población obrera, lo que ha obligado a elevar considerablemente los salarios. Por otro lado, el abuso del alcohol, especialmente de los de mala calidad que actúan como auténticos venenos, tiene una influencia negativa en la regularidad y la calidad del trabajo, afectando el buen desempeño de la industria.

El gobierno actual está tomando medidas para remediar estos dos problemas, promoviendo la llegada de numerosos inmigrantes europeos y estudiando un proyecto de ley que imponga contribuciones elevadas a la producción y venta de alcoholes.

Los trabajadores especializados (conocidos como “artesanos”), como los mecánicos, herreros, carpinteros y albañiles, destacan por su gran inteligencia y habilidad. Son capaces de realizar cualquier tipo de tarea, incluso las más novedosas y complejas2.

El capataz o mayordomo, encargado de la supervisión, puede ser de gran utilidad, pero es relativamente escaso. La dificultad para encontrar empleados competentes de esta categoría representa uno de los principales problemas que enfrentan los jefes de fábrica.

El nuevo impulso dado a la Escuela de Artes y Oficios de Santiago y la creación de nuevas escuelas de minería e industria permitirán, en un futuro cercano, subsanar esta carencia y disponer de capataces capacitados para dirigir e instruir a los trabajadores bajo su mando, estimulando en ellos la energía y la actividad necesarias.

Salarios. — Los salarios varían considerablemente según la localidad, la temporada y diversas circunstancias (abundancia o escasez de trabajadores en una región, etc.). Generalmente, en Chile se paga por jornada diaria:

  • Un buen mecánico: de $4 a $5 (sin alimentación).
  • Un herrero: de $2 a $2,50.
  • Un carpintero: de $2,50 a $3.
  • Un albañil de obra gruesa: de $1,50 a $2.
  • Un buen albañil para trabajos de ladrillo: de $3 a $3,50.

Casi siempre, los trabajos para este tipo de obreros se asignan por tarea, lo que permite que el trabajador hábil y activo pueda ganar salarios más elevados.

Actualmente, muchos emigrantes ocupan estos mismos puestos.

En cuanto a los salarios de los peones (obreros mineros, de fábricas, etc.), son también muy variables dependiendo de las regiones y el tipo de trabajo.

Durante mi recorrido desde el extremo norte hasta el extremo sur de Chile, he podido recopilar los siguientes datos sobre estos salarios:

En la provincia de Tarapacá, en las salitreras, un peón gana $2,40 por día y, trabajando a tarea, puede ganar hasta 5 pesos. De esta suma debe pagar su comida y agua, lo que constituye un gasto de aproximadamente $1,20 por día.

En la provincia de Antofagasta, en minas como las del Inca, por ejemplo:

  • El trabajador que perfora los tiros de mina (barretero) gana $2,60 por día, sin ración;
  • El que transporta el mineral a la superficie (apire), $2,40;
  • Los obreros que trabajan fuera de la mina (cancheros), entre 2 y $2,20.

En la provincia de Atacama, en las regiones de Taltal, Copiapó y Chañaral, un buen obrero gana, en promedio, $2,50 por día.

En la provincia de Coquimbo, los salarios son mucho más bajos, principalmente debido al bajo costo de los alimentos, la abundancia de agua, las facilidades para vivir y la mayor densidad de población.

En casi todas las minas que visité, observé que los salarios de los mineros y peones de fábricas rara vez superan las 25 a 30 piastres al mes.

En las provincias de Santiago y Valparaíso, los salarios varían entre 1 y $1,50, llegando incluso a 2 piastres para obreros especializados.

En el sur de Chile, ha habido un fuerte aumento en los salarios durante los últimos años:

  • En Talcahuano, para los trabajos del dique, el director, señor Lévêque, paga a los obreros chilenos 85 centavos por día, mientras que los obreros europeos especializados, que ha traído como emigrantes, reciben entre 7 y 9 francos (moneda de oro) por día.
  • En las minas de carbón de Laraquete (cerca de Arauco), el salario varía entre 90 centavos y $1,20.
  • Los carpinteros, albañiles, etc., ganan entre $1,50 y 2 piastres.

En Lota, un barretero, trabajando a jornal, gana $1,50. Los demás obreros ganan 90 centavos, y este salario puede llegar a 1 peso si no faltan ningún día durante el mes.

En la provincia de Valdivia, el salario es de 75 centavos por día.

En los departamentos de La Unión y Osorno, los trabajadores de caminos ganan solo 55 centavos por día, pero en las fábricas se paga hasta $1,50.

En Puerto Montt, el salario promedio es de 60 centavos. Casi todos los obreros que trabajan en el sur (en Lebu, Valdivia, La Unión, Osorno) provienen de Chiloé, y cada año regresan a pasar algunas semanas en esa región, lo que obliga a aumentar los salarios de los demás trabajadores durante su ausencia.

Por último, en las minas de carbón de Lebu, los mineros ganan entre 1 y $1,25 por día, mientras que los trabajadores no calificados reciben entre 60 y 70 centavos.

Los sueldos de los capataces supervisores (mayordomos) varían entre 50, 60 e incluso 80 piastres al mes, dependiendo de sus habilidades.

Las nuevas empresas de las grandes líneas ferroviarias y los trabajos de canalización del río Mapocho en Santiago también han contribuido significativamente al aumento de los precios de la mano de obra.

  1. Los precios indicados son, en realidad, muy exagerados y casi ficticios, ya que, en la mayoría de las minas, fábricas, salitreras, etc., se paga, en gran parte, a los trabajadores con bonos o fichas (boletos) para usar en la tienda que pertenece al propietario de la empresa, quien, sobre las mercancías, gana entre un 20% y un 25%, e incluso más. ↩︎
  2. En Lota se ha establecido una verdadera escuela de obreros chilenos, destinados a trabajar en los hornos Siemens, y estos obreros han adquirido la misma habilidad que los mejores trabajadores europeos. ↩︎

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